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miércoles, 9 de julio de 2014

Mas sobre " The Guardian"


Tenía muchas ganas de escribir este post. " The Guardian" es una de esas fotografías a las que me siento conectada a mi en alma y cuerpo. Varias son las razones por las que la tengo aprecio y cariño. No sabría exactamente por cual empezar. Supongo que comenzaré por orden cronológico. " The Guardian" nace de mis pensamientos. No recuerdo exactamente si fue antes de ir a dormir, mientras me duchaba o mientras escribía. Solo recuerdo que le di muchas vueltas al concepto de " Pájaros". Finalmente me decidí el camino de la sugerencia. Mi primera idea era sujerir los pájaros sin mostrarlos, es decir, usar un huevo. El huevo mantiene una relación estrecha con las aves pero no necesariamente de todos los huevos salen aves.

Me fascinaba el hecho de trabajar con un elemento que solo sugiero aunque después añadiera a mis queridos estorninos . "Los murmullos de los estorninos", asi llaman a las formaciones de estas preciosas aves. Me pareció algo mágico y simbólico.  En la simbología antigua los estorninos hacen referencia a mensajeros e incluso pronunciadores de encantamientos. Los estorninos volando al fondo corresponden a dos puntos claves en la imagen. Por un lado pueden parecer un poco " amenazantes" desde el fondo como los pájaros de Hitchcock pero al mismo tiempo parecen una nota musical, un susurro que va acompasado con el movimiento del pelo. Como habreis visto siempre intento buscar un poco de musicalidad y movimiento en mis imágenes.

Mi segunda razón, es que realicé a mano el huevo, eso me unió mas a la obra final. El hecho de fabricar los elementos de mi imagen hizo que le pusiera mas empeño, mas sentimiento, mas unión. Me llevó una semana hacerlo. Hice dos, el primero fue un intento fallido que me sirvió de aprendizaje. En el segundo cuidé cada detalle para que pareciera lo mas real posible.  Y os preguntareis como lo hice, pues es bien sencillo. Hinché un globo amarillo y poco a poco lo fui cubriendo de trozos de papel de cocina embadurnados de cola. Extendía cada pequeña tirita sobre mi globo para que no se formaran muchos relieves. Tras unos 3 o 4 días añadiendo capas, una vez seco, lo pinté con pintura acrílica blanca ya que se filtraba en el papel el color naraja del globo. Después de que se secara con una aguja lo pinché. Asi de sencillo. Quedaron relieves pero ya sabía de antemano que con el filtro " Desenfoque de superficie" lo solucionaria facilmente.

Durante una semana estuvo en mi habitación. Tenía mi boceto ultra definido, mi personaje es una niña que esta protegiendo un huevo que al mismo tiempo está empezando a romperse. Esta protegiendo lo inevitable. Mis imágenes siempre están abiertas a la libre interpretación aunque parezcan que exijan una lectura única. Siempre pongo intención en todo lo que hago salvo en contadas excepciones. Para mi es una alegoría a muchas de las cosas y personas a las que me apego, a las que abrazo sabiendo que un dia tendré que dejar ir. Los estorninos son murmullos, quizás señales, quizás pálpitos...Es por ello que es tan personal. Suena cursi pero me emociono al verla, esta muy unida a mi. Es como un espejo. Supongo que se ha convertido en una de mis favoritas.

Bueno, emociones aparte, sigo con mi historia. Mi primera idea era hacerla en un descampado con niebla. Soy de esas personas que se acuestan tarde y por supuesto, se levantan tarde. Pero ese día no tarde ni un segundo de más en levantarme. Desde el lunes planee ir el viernes a Toledo aprovechando un viaje que tenia que hacer mi padre temprano. En una página rara ponía que por el pueblo de Lillo iba a haber niebla hasta las once. Sí, yo tan inocente me lo creí. Cogimos el coche de noche y llegemos allí y nada de nada, de hecho el sol ya estaba apareciendo y no tenía ninguna pinta de que fuese a haber niebla. Me bloqueé, entre el frío y que el sol ya estaba saliendo decidí no hacerla. Me desilusioné . Ayude a mi padre toda la mañana con lo que tenia que hacer mientras pensaba como arreglar mi historia. Había puesto mucho empeño en mi huevo , tenía una historia que contar. Era de esas ocasiones en las que piensas que es delito hacer una fotografía como esas en una localización equivocada. 

Después de comer en casa de mi tia seguimos buscando. La mancha esta llena de viñedos y ahora en invierno estan secos y negros. Tanto mi vestido, como el huevo eran muy monocromáticos , el marrón del viñedo era perfecto como escenario. Las horas pasaban y el sol iba bajando y cada vez mas sentía angustia. Sentía que habia ido de viaje para nada, que había pensado una historia para nada. Me baje del coche y me quedé mirando un viñedo en particular. Unos metros antes tenia como una especie de cuesta que tapaba un poco el sol del atardecer. Seguía habiendo luz pero no tan amarilla e intensa. Volví al coche, sentí presión y estuve apunto de hecharme a llorar.

Y de repente dije, la voy a hacer. Pase lo que pase, salga lo que salga, sea perfecta o no y aunque no sea con niebla. Mi padre no me quiso acompañar porque para pasar hasta alli la tierra esta farrangosa. Volví al lugar con todos mis cachibaches, llenandome las zapatillas de tierra mojada. Al final mi padre fue conmigo, lo solté todo al suelo. Puse la cámara y empezé a disparar aun bien abrigada. El frio de la mancha es seco, se te mete en los huesos de lleno. Es sencillamente horroroso. Cuando llegó el momento de la verdad , cuando el sol estaba muy bajo, me repetí estas tres palabras en la mente repetidamente: " No hace frío", " No hace frío". Lo creais o no, senti la mitad de frío. Puede que fuera la adrenalina, las ganas de hacer la foto o lo que fuera pero tenía mas frio cuando andaba vestida. Le pedí a mi padre que grabara un poco de making of. Después de eso yo me quedé hasta la última luz, forzando el ISO a 1000. Siempre lo hago y no se la razón porque acabo editando las primeras que hago, las que mas luz tienen. Supongo que es una forma de autoconvencerme de que no he desaprovechado ni un ápice esa maravillosa luz del atardecer.

Y he aqui la última razón por la que le tengo tanto cariño a esta foto. Estuve a un segundo de no hacerla. Me enseñó que sea cual sea la situación siempre tengo que hacer lo que pueda. Me enseñó a no rendirme por mucho que la localización no fuese como yo quería desde un principio. Me hizo crecer un poquito como creadora de imágenes y como persona. En cierta manera me puso a prueba. Me senti bien al llegar a casa. Sabía que saliese lo que saliese lo intenté. Para mi sorpresa se convirtió en una de mis fotografías favoritas.